martes, junio 15, 2021

AMOR A PRIMERA VISTA

Aunque ya había ido dos veces a  Morelia era la primera vez que iba solo. La primera vez yo tenía 8 años y fui con mis papás, Lu y Lola. Nunca habíamos hecho un viaje tan largo, o un viaje a secas, por lo que nadie sabía que los viajes me mareaban. Lo descubrimos pocas horas después de haber iniciado. Empecé a sentirme extraño y después a vomitar, una vez que empecé no pude parar. En ese tiempo el viaje al DF era de casi 15 horas, de la cuales no dormí ni una y mi madre tampoco. En el DF ya nos esperaban mi hermano y su esposa para continuar el viaje a Morelia, ahora en carro, ya no en autobús. Todos esperábamos que el carro no me hiciera el mismo efecto, no fue así.

El viaje del DF a Morelia creo duraba como 5 horas, pasábamos un montón de pueblos, a mí se me hizo eterno. Cuando finalmente llegamos yo era una piltrafa, un guiñapo, un despojo humano, después de casi 24 horas sin comer y sin dormir. Afortunadamente para el regreso me drogaron y ya no fue tan traumático, de no haber sido así no sé si me habrían quedado ganas de regresar, a mis padres de volverme a llevar

La segunda vez tenía 13 años, esta vez Lola no nos acompañó pues estaba recién parida, sólo fuimos mis papás, Lu y yo. En el DF nos esperaba mi cuñado, el marido de mi hermana mayor, para llevarnos a Morelia. En ese tiempo habían puesto una corsetería y mi cuñado compraba la mercancía en el DF, pasamos a un centro comercial “De Todo” se llamaba; mi madre no dejó que nos bajáramos pero yo estaba feliz paseando por “la gran ciudad”. En este viaje fui muy feliz, mis sobrinas eran sólo algunos años menores que yo y, aunque yo ya estaba en tercero de secundaria, seguía comportándome como un niño travieso. Ese fin de año fue especial, ese fin de año me enamoré de la navidad, de la época, de las luces, de la cena, de la rosca de reyes. Las vacaciones se acabaron y yo ya no quería regresarme, quería quedarme con Lis, quería que me adoptara. Después de este viaje se me quedó la idea en la cabeza de que algún día iba a volver para ya no irme, en la escuela les dije a mis compañeros que al terminar la secundaria me iba a ir a vivir ahí, 7 años después finalmente lo había conseguido.

Siempre fui muy observador y muy bueno para recibir indicaciones, las cuales seguí al pie de la letra: “Cuando llegues sigues a toda la gente, van a ir a recoger la maleta. Ya con tu maleta buscas las señales de la salida y de la taquilla de los taxis, si no la encuentras le preguntas a un policía. Compras un boleto a la central de observatorio y vas checando que no se vaya a ir por calles muy solas. En la central compras un boleto a Morelia. Cuando llegues a Morelia sales a tomar un taxi y le dices que te lleve a la dirección de la casa”.

Iba temeroso pero ilusionado, confiando en que si algo pasaba, mi demonio guardián acudiría al rescate, la dirección de la casa de Morelia y el teléfono lo tenía memorizados desde la segunda vez que habíamos ido. Sin embargo, en el taxi entre TAPO y OBSERVATORIO, iba con un nudo en el estómago. Recordaba nuestros viajes anteriores, las veces que en la central mi madre me decía que no soltara su mano, que si me perdía en esa ciudad nunca más me iban a encontrar.  Veía todos los carros, los espectaculares, en lo que ahora sé era el viaducto, y pedía que el taxi se diera prisa, que llegara pronto a nuestro destino, no me sentía seguro en la calle, no me quería perder, que fea ciudad, no entiendo cómo pueden vivir aquí, que miedo, pensaba…

Todo salió bien y llegué a la central sano y salvo, encontré la taquilla de la línea que me dijeron debía tomar "Herradura de Plata" y esperé el abordaje. En este viaje no dormí, era mucha la expectativa, la ilusión, la incertidumbre.

Por la tarde del martes 13, mi día de buena suerte, finalmente llegué a Morelia, hacía frío. Todavía me acordaba del vecindario, de la calle, del color de la casa, del kínder, de la tienda de la esquina. Toqué el timbre, había llegado a mi nueva casa, ya estaba con Lis y me encontré además con este bebé hermoso, regordete, de 6 meses que me recibió con una sonrisa, amor a primera vista.

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