martes, abril 29, 2008

Esto lo resume todo.

If it makes you happy
It can’t be that bad
If it makes you happy
Then why the hell are you so sad?


Decía una maestra de Inglés, cuando nos estaba enseñando a utilizar el “I should have done” y el “I Would have done”, que el hubiera es el tiempo pendejo, porque uno se pone a pensar como pendejo lo que hubiera hecho o debió haber hecho pero que por pendejo uno no hizo; nada fina la miss pero tenía razón. De qué sirve ponerse a pensar en lo que uno hubiera podido haber hecho diferente; total lo hecho, hecho está y lamentarse, arrepentirse, darse de golpes contra la pared, pensar en lo diferente que serían las cosas, todo eso de nada sirve, uno no gana ni resuelve nada atormentándose. Ah! Pero como nos gusta atormentarnos (a algunos de nosotros).

Ahora estoy aquí, tratando de ser feliz con lo que creía me iba a dar felicidad; con lo que me quedó después de haber perdido todo por la única cosa que me importaba y que pensaba realmente importaba.

No lo puedo culpar a él, más bien no debo culparlo a él (eso no significa que no lo haga), el culpable soy yo; y esto no tiene nada que ver con esa compulsión que heredé de mi madre de culparme por los errores de los demás para ganar su simpatía, su comprensión, o su cariño. Esta vez si es cierto, la culpa ha sido mía, esto no es más que las consecuencias de mis actos, de mis acciones y de mis malas o buenas decisiones.

Lo reconozco, entonces lo único que me importaba era mantenerlo a mi lado, lograr que se quedara conmigo, aferrarme a lo único que hasta entonces no había podido tener y creía era lo único que me faltaba para ser totalmente feliz (existe la felicidad total?). Y por aferrarme, por lograr mi objetivo, descuidé todo lo demás, mi trabajo, mis pocos y contados amigos, mi familia, y hasta a mí mismo. Pero al final lo conseguí, logré que se quedara conmigo, logré quedarme con él.

Sé que buena parte de los problemas y malos entendidos que hemos tenido últimamente se debe en buena parte a que secretamente lo culpo y le reprocho el hecho de haberlo sacrificado todo por él y que él no sea capaz de sacrificar nada por mi (en mi equivocada percepción). Sé que no es justo, sé que no es su culpa, pero también sé que no sirve de nada saberlo si no cambio mi actitud y mi comportamiento, se que de seguir así también voy a perderlo a él, y aunque a veces pienso que sería lo mejor, honestamente sé que no es así, digo también tengo mis ratos de felicidad, en su casa me siento en casa, su familia me ha adoptado, me ha hecho uno más de los suyos, y con él la relación es genial cuando pongo de mi parte, me doy unos sapes y me ubico.

Sé que él nunca me engañó, que siempre fue y ha sido honesto, no puedo decir que se vendió de diferente manera y a la hora de la hora enseñó el cobre, nada más aleado de la realidad; él siempre ha sido el mismo, bueno, malo, con defectos, con virtudes, con inquietudes con cosas que me encantan y cosas que detesto, pero siempre igual, desde el principio, desde el día que lo conocí supe como era, si yo creí que las cosas que no me gustaban de él las iba a cambiar por mi, o que iba a terminar por aceptarlas, eso no es problema suyo. Así que el único problema soy yo, el problema lo tengo yo por esa bendita costumbre de no aceptar la realidad, de mentir, de esperar que todo y todos cambien para que yo pueda ser feliz, de proyectar mis miedos e inseguridades en los demás, de querer siempre ser perfecto y no permitirme reconocerme una falla o error.

Es verdad últimamente la mayor parte del tiempo me siento vacío, me siento perdido, es verdad últimamente la vida me asusta, me da pánico enfrentarme a ella; es cierto lo estoy usando como mi tabla de salvación, me estoy apoyando demasiado en él, pero también es cierto que me estoy cansado, que lo estoy cansando, que quiero vencer el miedo, que quiero volver a nadar por mi cuenta, que quiero recuperar mi seguridad, y esa independencia de la que tanto me enorgullecía. Pero no sé como hacerlo, no sé por donde empezar, no sé como recuperar todo lo perdido sin perder esto, y es que en el fondo tengo miedo de que si un día deje de necesitarlo lo abandone, y si, ahora q lo pienso en el fondo ese es mi mayor temor, no tanto el que él me abandone a mi, digo no me gusta la soledad pero he vivido así una buena parte de mi vida, lo que me da miedo es que si me siento lo suficientemente seguro sea yo el que lo abandone a él a la primera de cambios y por mi testarudez y cerrazón pierda algo que es probable nunca vuelva a tener, al menos no de la misma manera.

No sé como compaginar ambas cosas, no sé como no irme a los extremos, y no sé si pueda aprender.