domingo, agosto 29, 2010

Lost in my head

Estoy tratando de tomar las cosas con calma, estoy tratando de controlarme y no dejarme llevar por mis pensamientos, por mis ideas pesimistas, estoy tratando de controlar mis emociones y permanecer sereno y calmado. Pero hay momentos, momentos como este, días como este en el que me gana el cansancio y me embarga la angustia y la desesperación.

Ya estoy en el DF y las cosas no están resultando tan fáciles como pensaba. No debería quejarme, mi estancia en casa de la tía ha sido sensacional, me han tratado mejor de lo que me hubiese llegado a imaginar, cuento con su apoyo y en estos momentos es algo que agradezco; y por si eso no fuese suficiente si estoy escribiendo esto es gracias a que contrataron el internet para que pueda checar las bolsas de trabajo en línea.

Sin embargo, mañana cumplo dos semanas aquí y sí, he ido a un montón de entrevistas, he recorrido buena parte de la ciudad, he hecho un montón de exámenes y aún así aún no hay nada concreto. Sé que es demasiado pronto para empezar a desesperarme, sé que el plazo que me puse fue de un mes y apenas estoy a la mitad y sé que mientras siga teniendo entrevistas seguiré teniendo esperanzas. Pero de pronto la ansiedad me gana, me vence, me derrota.

Es verdad que el estar aquí me motiva, me entusiasma, ye me imaginé viviendo y trabajando aquí, y quiero quedarme aquí. Es verdad, empiezo a extrañar a mi PP, por más que traté de no pensar en él por dos semanas, situación que se torna dificil tomando en cuenta el montón de mensajes que intercambiamos al día, empiezo a extrañarlo, me empieza a hacer falta y me da miedo que si sigo aquí sin hacer nada, sin trabajo quiero decir, se me empiece a llenar la cabeza de ideas raras y me pase lo de León, y no quiero, esta vez no quiero, aquí si quiero estar, de verdad, aquí si me quiero quedar, de verdad.

Ya no sé que más hacer, pero por más cosas que hago siento que no hago lo suficiente, que podría hacer más, pero no sé qué, eso me angustia, y el tratar de no angustiarme nada más aumenta mi angustia.

Espero que esto pase pronto, que sea como esas otras veces, que las cosas resulten tan fáciles, que la solución sea tan sencilla, que después me reproche a mí mismo por haberme angustiado tanto y por nada, que después me ría de todo esto, de todo lo que pensé, de todo lo que creí que iba a salir mal y no salió.

Quisiera poder relajarme, quisiera poder entender que las cosas pasarán cuando tengan que pasar, quisiera tener resignación, quisiera poder respirar tranquilo, aliviado, sin esta opresión en el pecho, quisiera tener fe, quisiera no ser tan complicado.

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