jueves, diciembre 20, 2007

Fin de semana largo y accidentado.

El viernes a las 5:30 PM salí para el DF, ya habíamos sincronizado los autobuses con el PP (a.k.a. el novio), para llegar a la misma hora pues la prima iría por nosotros a la central, sin embargo su autobús tuvo un accidente en la carretera y llegó con una hora de retraso; es curioso pues cuando me mandó un mensaje para avisarme lo del accidente yo iba pasando justamente por el lugar y pude ver el autobús, lo que sirvió para tranquilizarme pues de no haberlo visto y así como ando últimamente sé que me hubiera dado uno de mis ataques y me hubiera puesto mal pensando que me decía que estaba bien para no preocuparme. Pues cuando llegó a la central nos dijo que no había habido heridos pero que a él le dolía un poco la cabeza y el cuello del golpe, así que fuimos a taquillas y de ahí nos mandaron a un hospital hasta la colonia Roma, y en lo que llegamos, lo buscamos y lo atendieron nos dio la 1 de la mañana, afortunadamente no tiene nada grave y sólo tiene que usar un collarín por dos semanas por prevención. Así que llegamos a la casa pasadas las dos de la mañana a cenar pues nadie había comido y a dormirnos.

El sábado a las 7:30 nos despertaron por que la prima tenía que ir a Xochimilco y quería que la acompañáramos, estando allá dimos un recorrido por los invernaderos, compramos noche buenas para la suegra y las cuñadas y nos regresamos a la casa a desayunar. Después nos fuimos al centro a checar lo de las invitaciones de la boda, no la mía, la boda de la cual el PP va a ser padrino de invitaciones, las vimos, las apartamos y de ahí nos fuimos a buscar la piñata para el cumpleaños del sobrino favorito. Regresamos a la casa a comer y nos fuimos al tianguis de navidad de la Delegación Venustiano Carranza, aunque fue un fiasco pues no hubo nada bueno ni nuevo, estaba mejor el año pasado. De ahí nos regresamos a la casa, pasamos a cenar a las quesadillas y después a dormir pues estábamos muertos de cansancio.

El domingo otra vez nos levantamos temprano pues les tocaba ir al panteón a llevar flores y como yo ya me había negado a acompañarlos muchas veces se me hizo feo negarme de nuevo y fui con ellos, ya recorrimos las tumbas de tíos y abuelos y después nos fuimos a desayunar. Al terminar fuimos a la casa por nuestras cosas y de ahí nos fuimos a comprar los premios para la piñata, después nos llevaron a la central y emprendimos el viaje a Celaya. Llegamos a Celaya como a las 7 y el cuñado fue por nosotros a la central, llegamos a la casa, comimos, nos salimos a vender y ya nos dormimos pasada la media noche.

El lunes no vine a trabajar, y no solo porque no haya tenido ganas, lo que pasa es que era el festival de navidad del colegio de los sobrinos y les había prometido que iría a verlos así que me tuve que quedar, pero como el festival fue en la tarde en la mañana nos fuimos a la consulta del PP y a desayunar al tianguis de los lunes y después a bobear los juguetes al centro comercial, de ahí nos fuimos a la posada que estuvo divertida, el sobrino consentido cantó vestido de José, el favorito bailó y cantó vestido de burro y el latoso Salió disfrazado de reno. Al terminar el festival la cuñada nos invitó a los tacos y de ahí nos fuimos a la casa, pusimos las luces que faltaban y otras cosas de la decoración navideña y después nos pusimos a tejer pues la cuñada quería una bufanda para su hijo y la teníamos que entregar el martes, así que terminamos como a las 2 de la mañana y nos dormimos 4 horas y media pues a las 6:30 me levanté para regresarme a León.

Me gusta esto de que las cosas están volviendo a ser como eran, me refiero a que los fines de semana hago todo menos lo que se supone que se debe hacer ese día, descansar, y aunque los lunes a las 3 de la tarde casi me caiga de la silla del sueño, valen la pena las desveladas.

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