El viernes muy temprano partí para el DF, llegué como a las 10:00 y me encontré con el movio en una estación del metro, fuimos a hacer algunos pendientes que él tenía y después partimos para Plaza Universidad. Compramos la película y nos fuimos a dar una vuelta por la plaza y a desayunar. Finalmente se dieron las 3 de la tarde y llegaron a la cita muy puntuales, los vimos entrar a tomar sus lugares: Marina, Pedro e Issa; fuimos los primeros en pasar al autógrafo y a las fotos; se portaron tan accesibles, fueron tan amables, me encantó conocerlos en persona, pero sobre todo a Issa pues es con la que he tenido contacto por Internet, creció mi admiración por ella después de conocerla, es la buena onda en persona, me reconoció por el blog y estuve platicando con ella un ratito.
La verdad fue una experiencia bastante grata, de esas que te dejan un buen sabor de boca, de esas inolvidables, de esas que se atesoran para siempre, sobre decir que la película autografiada y las postales ya están entre mis posesiones (así se escribe?) más preciadas.
Después de ahí nos fuimos al centro aprovechando que no teníamos mucho que hacer, anduvimos de turistas un rato caminando por las calles del centro, compramos algunas cosas que necesitábamos para la fiesta y como a las 7 llegamos a la casa de su tía, comimos, descansamos un ratito, fuimos por un postrecito y a las 10 salimos para la central. Llegamos a su casa como a las 3 de la mañana, nos tomamos un cafecito con pan y después nos fuimos a dormir.
El sábado fue la fiesta de cumpleaños de dos de los sobrinos, así que en cuanto nos levantamos y desayunamos nos pusimos a preparar todo para la fiesta, acomodar las mesas, las sillas, la decoración, etc. etc. La fiesta estuvo muy padre y creo que todos nos la pasamos muy bien, debo de reconocer que todavía me siento un poquito incómodo cuando se reúne toda la familia, pero ya no tanto como antes.
El domingo nos levantamos a desayunar, estuvimos pasando el rato con todos y cuando se fueron todos y nos quedamos los de siempre, la suegra, sus hermanos, él y yo, nos pusimos a recoger todo y a limpiar el patio, después vimos un ratito la tele y nos pusimos a jugar video juegos con los sobrinos. Comimos-cenamos como a la 8 de la noche y después empezamos a arreglar las cosas para regresarnos.
El lunes en la madrugada nos regresamos a la casa, llegamos nos dormimos otro ratito y después de vuelta a nuestras ocupaciones habituales.
La verdad fue una experiencia bastante grata, de esas que te dejan un buen sabor de boca, de esas inolvidables, de esas que se atesoran para siempre, sobre decir que la película autografiada y las postales ya están entre mis posesiones (así se escribe?) más preciadas.
Después de ahí nos fuimos al centro aprovechando que no teníamos mucho que hacer, anduvimos de turistas un rato caminando por las calles del centro, compramos algunas cosas que necesitábamos para la fiesta y como a las 7 llegamos a la casa de su tía, comimos, descansamos un ratito, fuimos por un postrecito y a las 10 salimos para la central. Llegamos a su casa como a las 3 de la mañana, nos tomamos un cafecito con pan y después nos fuimos a dormir.
El sábado fue la fiesta de cumpleaños de dos de los sobrinos, así que en cuanto nos levantamos y desayunamos nos pusimos a preparar todo para la fiesta, acomodar las mesas, las sillas, la decoración, etc. etc. La fiesta estuvo muy padre y creo que todos nos la pasamos muy bien, debo de reconocer que todavía me siento un poquito incómodo cuando se reúne toda la familia, pero ya no tanto como antes.
El domingo nos levantamos a desayunar, estuvimos pasando el rato con todos y cuando se fueron todos y nos quedamos los de siempre, la suegra, sus hermanos, él y yo, nos pusimos a recoger todo y a limpiar el patio, después vimos un ratito la tele y nos pusimos a jugar video juegos con los sobrinos. Comimos-cenamos como a la 8 de la noche y después empezamos a arreglar las cosas para regresarnos.
El lunes en la madrugada nos regresamos a la casa, llegamos nos dormimos otro ratito y después de vuelta a nuestras ocupaciones habituales.
Fue un fin de semana de muchas emociones, un poco cansado, pero muy padre.
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