lunes, noviembre 22, 2010

No hay plazo que no se cumpla...

El viernes presenté mi examen profesional. Desde mediados de octubre que me autorizaron la tesis para impresión y me dieron fechas tentativas de examen me pareció demasiado pronto, yo pensaba que me iban a dar la fecha para enero o febrero del próximo año pero no fue así. No me sentía ni preparado ni capaz; y es que aunque yo hice la tesis y estaba familiarizado con su contenido, no es lo mismo estar familiarizado que aprendertelo para poder contestar cualquier pregunta que se te haga en relación a ella. Así que para que no me ganaran los nervios, la desesperación o la ansiedad traté de no pensar en ello, ni hablar de ello.

No sé si fue eso lo que me funcionó o el que me haya dado gripa y que desde el martes haya andado sedado por tantos medicamentos, pero no me puse tan nervioso como imaginé me iba a poner. El viernes temprano me fui rumbo a Morelia y al llegar a la central ya estaba mi PP esperándome, que fue el único que estuvo conmigo en ese momento tan importante de mi vida. Nadie de mi familia, la sanguinea, pudo ir cosa que no me extrañó.

Llegué con media hora de anticipación a la escuela y al poco rato empezaron a llegar los sinodales, entonces si me puse nervioso, muy nervioso; sobre todo porque había otro examen antes del mío y se estaba prolongando demasiado. Al fin pudimos entrar a la sala y el examen inició. No sé como pero pude vencer los nervios y pude expresarme bastante bien, por lo que me dijeron los sinodales, mi PP y hasta el director que estuvo presente en el examen. Contesté todo lo que se me cuestionó; me sentí, y creo que me ví, seguro y confiado, por lo que el resultado del examen fue Aprobatorio por unanimidad.

Saliendo del examen nos fuimos a Celaya y en la central ya estaba el cuñado esperándonos. Llegamos a cenar porque en la tarde yo casi no había comido y para esa hora ya me moría de hambre. La suegra y la cuñada que estaban aun despiertas me felicitaron y tal. El sábado me despertaron con la noticia de que la prima y la tía no tardaban en llegar, no me dijeron nada pues me estaban preparando una comida sorpresa. En cuanto llegaron también recibí sus felicitaciones y las muestras de afecto y de alegría compartida de toda la familia. Fuimos al desfile por el aniversario de la revolución porque iba a participar la beba y no nos lo podíamos perder. Regresando desayunamos, mi PP se fue a trabajar y yo me acosté a dormir toda la tarde, estaba muy cansado no sé si por la gripa, los nervios o la emoción.

En la noche fuimos por mi PP a su trabajo y llegando a la casa me encontré con la sorpresa de que la esposa del cuñado había hecho los tacos sudados para comer/cenar que tanto me gustan. Ese día nos dormimos temprano pues yo no me reponía del cansancio.

El domingo desayunamos en familia, después nos fuimos con mi PP y la prima a dar una vuelta a Celaya y de regreso empezaron con los preparativos de la comida. Comimos en familia, la tía, que es la maestra de ceremonias para estas cuestiones, me dijo algunas palabras de felicitación en nombre de la familia y me sorprendieron otra vez con la rosca de chocolate y vainilla que tanto me gusta.

Fue un fin de semana memorable, no sólo por el hecho de que al fin conseguí algo por lo que tanto luché, por la alegría y la satisfacción que me deja el no haberme quedado a medio camino, el haber concluído a pesar de mi mismo la licenciatura, el haberme titulado a pesar del pánico que me daba la sola idea de sustentar el examen profesional. Quizá en la práctica sea verdad que no es mucha la diferencia entre tener un título y no tenerlo para conseguir trabajo, quizá sea un simple papel como algunos dicen o hasta yo lo pensaba; pero ahora que ya lo tengo entiendo la verdadera importancia de ese simple papel, pues la importancia no radica en el papel en sí, la importancia se encuentra en el esfuerzo, en los sacrificios, en todo el trabajo que hay que invertirle a conseguir ese papel. Y esta vez no me voy a demeritar, no voy a dejar de reconocer mi esfuerzo, no voy a jugar a la falsa humildad, estoy muy satisfecho conmigo mismo, estoy muy orgulloso de haberlo logrado, es un reconocimiento que necesitaba, es una reafirmación de que cuando me empeño puedo lograr lo que me propongo, es una muestra de mi inteligencia, de mi empeño, de mi disciplina, de mi perseverancia.

Por otro lado está el hecho de darme cuenta de que algo estoy haciendo bien, de que me he ganado el cariño verdadero, sincero y desinteresado de una familia que me ha acogido como uno más de ellos, una familia que me ha apoyado más aún que la propia, una familia que hace sacrificios para acompañarme, para celebrar conmigo, una familia que se alegra de mis triunfos y que sigue estando conmigo en las buenas y en las malas, una familia a la que nunca tendré cómo devolverle, cómo pagarle todo lo que han hecho por mí.

Mención aparte merece mi PP, porque a pesar de lo dificil que le hago a las personas el que me quieran, a pesar de todas las pruebas que les pongo para comprobar su cariño, a pesar de mí, él sigue conmigo, sé que no soy nada facil, sé que cualquier otro hace mucho me habría mandado a volar, sé que si no me amara tanto hace mucho que se habría cansado de mí. Y el amor, el apoyo, la comprensión que yo he recibido de él, nunca haré lo suficiente para retribuírsela, y sé que él tampoco espera que yo lo haga.

Por otro lado están mis papás, que desde que tengo uso de razón se han desvivido para que nada me falte, para darme todo lo que he necesitado y aún más; y que aun ahora se siguen preocupando por mí, me siguen viendo como a ese niño al que le cumplían todos sus caprichos. Sé que a veces he sido un ingrato por no entenderlos, por reprocharles cosas que no estaban en sus manos, cuando la verdad es que para ellos lo único que tengo es gratitud, agradecimiento y reconocimiento por todo lo que hicieron y siguen haciendo por mí, por su amor desinteresado, por los principios que me inculcaron, porque con su ejemplo me enseñaron que hay que luchar por lo que uno quiere, por lo que uno sueña, porque me enseñaron a creer en Dios, y porque gracias a eso pude crecer alejado de vicios y supe alejarme a tiempo de las malas compañías, y de aquellas personas que me pudieron llevar por el camino equivocado.

Este fin de semana me di cuenta de eso, de que no estoy solo, de que soy muy afortunado, de que es más lo que tengo que lo que me falta y de que soy todavía más afortunado porque sé que lo poco que me falta ya llegará. Y mientras llega tengo que agradecerle a Dios que me ha bendecido dándome a la familia que tanto anhelaba en mi niñez, dándome a unos padres inmejorables e inigualables, y dándome a una pareja que me ama, eso es más de lo que imaginé algún día poder llegar a tener.

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