viernes, abril 17, 2009

Serenidad y Paciencia

Ultimamente he andado de un genio…todos y todo me molesta, TODOS y TODO. De un de repente me dan unos ataques de irritabilidad y de impaciencia por cualquier detalle por insignificante que sea y me enojo de la nada.

Empiezo a extrañar mi casa, empiezo a extrañar tener mi casa, mis cosas, mi espacio, mi tiempo, mi privacidad, mi lugar para encerrarme del mundo cuando éste me harta. Creo que es cierto eso que dicen de que una vez que vives solo resulta muy dificil la convivenvicia con álguien más, y es que estás tan acotumbrado a hacer lo que te place a la hora que te place que te vuelves egoista, intolerante, impaciente. Y todo ha ido bien, todo iba bien, porque yo estaba haciendo eso que sé hacer tan bien, aguantarme, callarme, sacrificarme, pretender, hacerme creer que eso es lo que quería y que eso es lo que me hacía feliz.

Pero últimamente empiezo a cansarme, a cansarme de hacer concesiones, a cansarme de seguirme aguantando, de seguir haciendo cosas que no me gustan; puede que sea la edad, que por eso empiezo a darme cuenta de que a estas alturas ya no tengo ninguna necesidad de sacrificarme, de seguir aguantando, cuando siempre, por fortuna o desgracia, la vida me ha mal acostumbrado al permitir que de una u otra forma siempre me haya salido con la mía.

Lo que me desespera es que ese switch en mi cabeza todavía no se activa, y quisiera acelerar las cosas, forzarlas pero sé que sería contraproducente y que seguramente terminaría peor. Por eso no me queda de otra que esperar, esperar a que las cosas sucedan, lleguen, se den, y seguir haciendo todo lo posible, todo lo que esté en mis manos para que pase, para que me suceda eso que tanto anhelo, ahora si en serio, y tener paciencia, tenerme paciencia, mucha paciencia.

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