viernes, diciembre 26, 2008

Recalentado

Lo único que no me gusta de la navidad, es que pase tan rápido. Tanto tiempo esperando que se llegue la época en que se puede decorar un árbol, la casa, el baño y todo lo que se deje, ayudar a preparar la cena navideña, comer como si fuera la última cena, tomar con permiso, y obvio, comprar regalitos para todos incluyéndome a mi, y todo para que se acabe tan pronto.

Este año la cena fue más íntima y casi era a la luz de las velas porque hubo un apagón y parecía que ya no nos la ponían de nuevo, pero al final si la pusieron; no hubo invitados externos, sólo la familia, sólo los de casa, lo que no estuvo tan padre porque a mi me encanta desvelarme pero la mayoría se duerme temprano y tuve que hacer lo propio.

Pero igual fue una cena inolvidable, aunque me estaba dando el bajón después de tomarme una cerveza que me invitó mi cuñis, como que me puse a recordar otros tiempos y momentos y me llegó la nostalgia, poquito faltó para sentarme en el piso, abrazar mis rodillas y balancearme mientras veía el horizonte, aunque si lo hubiera intentado puede que la panza no me habría facilitado la tarea (y eso que falta la cena del 31). Pero cuando nos quedamos la cuñada, la suegra, mi PP y yo y empezamos con el lavadero, como que se me olvidó el sentimiento y empecé a disfrutar de nuevo del momento.

No sé si sea la época que me pone más cursi o qué, pero en estas fechas me siento todavía más afortunado de haber encontrado a esta persona que tiene tanto en común conmigo y a la vez es tan diferente, me encanta que ambos seamos tan familiares, tan hogareños, me siento tan feliz de haberme dado permiso de encajar aquí y de poder disfrutar estos momentos que pueden parecer tan simples y hasta aburridos para algunos, pero que para nosotros son invaluables, y es que no importa que yo los vea a diario y él cada fin de semana, siempre hay alguna anécdota nueva, o aunque sea vieja siempre hay algo que la hace diferente y divertida.
Dicen que ese es el verdadero espíritu de la navidad, el sentimiento de hermandad, el reunirse a convivir con la familia, y me siento tan afortunado de poder disfrutar de eso durante todo el año y no tener que esperar a que sea navidad. Creo que después de todo mi deseo de la niñez si se cumplió, no en la forma que esperaba e irónicamente al parecer tenía que alejarme de mi familia para poder sentirme en familia.

2 comentarios:

Gildardo dijo...

Hey, hola!!

Hace rato que no te dejaba mensaje. Qué padre que hayas disfrutado la noche buena. Yo coincido contigo. Independientemente de las creencias religiosas, o la falta de éstas, es un excelente momento para estar cerca de quienes queremos, abrazarlos y desearles lo mejor. Suele ser una época medio nostálgica también por la misma carga sentimental que conlleva, pero creo que si uno piensa positivo termina superando lo agradable de recordar.
Un abrazo hasta Morelia!!

Are!! x) dijo...

aoooow!!! qué bonito post...

a veces la familia política se vuelve la biológica y eso es excelente jejeje...


ya te he dicho como mil veces que me encanta tu blog vrdd? pues te lo repito.. me encanta... siento que te conozco mucho más que cualquiera que te ve a diario jaja...


un abrazotote...esperamos año nuevo...siiiip!!!