jueves, noviembre 20, 2008

Once and again

Ayer me desperté con la noticia de que la noche del miércoles falleció la sexóloga Anabel Ochoa, y no es que la noticia me haya consternado o algo así, digo la veía en la televisión cuando iba al programa de Horacio Villalobos y en otros programas del canal 40 (antes de que se lo robara Azteca) y la vi el año pasado en el teatro en "Monólogos" pero nada más.

Sin embargo esta noticia me causó el mismo efecto que me han estado causando las muertes de personas que ubico de algún lado o que por alguna u otra circunstancia sé quienes son; inevitablemente vuelvo a revivir ese conflicto que tengo con la muerte, y es que a la fecha no he encontrado una respuesta, una explicación que me convenza o me satisfaga, que me haga entender qué de maravilloso tiene la muerte para que valga la pena la vida, no se me hace lógico que se acabe, que te mueras y ya, hasta ahí llegaste, que no haya más, que no haya retroceso, que desaparezcas y nunca, nunca, nunca más vuelvas a ver lo que tanto te gustaba, nunca vuelvas a hacer o sentir lo que tanto disfrutabas, que te mueras y todo lo que hiciste, lo que obtuviste, todo por lo que trabajaste, todo lo pierdas en un abrir y cerrar de ojos, más bien en un cerrar y ya no abrir los ojos. Cuando era chico e iba a la iglesia con mis papás (porque iba), me decían que si te portabas bien y te morías ibas al cielo y te reunías allá con tus seres queridos, pero cuando les preguntaba que como los reconocías me decían que porque los recordabas, entonces yo preguntaba que si los recordabas a ellos, también te acordabas de todo lo demás, de cuando estuviste en la tierra, de lo que tenías, de lo que te gustaba y de los que querías y se portaron mal y se fueron al infierno, y preguntaba que si se suponia que en el cielo ibas a ser feliz eternamente cómo evitaban que te pusieras triste por los que no estaban contigo, y lo único que me contestaban era que cuestionar a Dios era pecado y que debía tener fe. Desde entonces entendí que la religión no era el camino.

La única respuesta que más o menos me conviene creer es la de la reencarnación, pero no alcanza a convencerme completamente, no alcanzo a entenderla, no quiero entenderla, no quiero pensar en eso, prefiero seguir haciéndome el tonto, seguir pensando que nunca voy a vivir la muerte tan de cerca. Sé que es engañarme a mi mismo y que me guste o no en algún momento tendré que pasar por el difícil trance de la muerte de un ser querido y cercano, sé que es cuestión de tiempo y que cada día que pasa ese momento se acerca más.
Es eso lo que recuerdo cada vez que escucho que álguien fallece, y es eso lo que me inquieta tanto, quizá no sea tanto mi misma muerte porque total me muero y ya, lo que siga ya lo averiguaré, pero la muerte de un ser querido, la muerte de alguien a quien le tengo estima, la muerte de un familiar, eso, eso me asusta más que la muerte en sí.

1 comentario:

Knar dijo...

La muerte siempre nos causara conflictos de todo tipo, y es que querer encontrarle alguna explicación o solución esta súper complicado, no deja de ser algo muy fuerte y enterarnos de gente que "conocemos" siempre choca. Simplemente debemos aceptarla tal como viene y aprovechar al máximo mientras estemos en este mundo, porque no sabemos que hay despues, sabes a mi no me da miedo morir, pero me aterra que ahí termine todo, todo lo aprendido, todo lo logrado, absolutamente todo termine de tajo si esta cabrón.