Life is made of moments.

Este fin de semana me fui a visitar a mi PP al centro del país, no, no al DF, al verdadero centro del país, al centro geográfico, a Tequis y tienen un monumento que lo demuestra y lo comprueba. Llegué el jueves en la tarde y nos regresamos ayer al medio día. El pueblo, ciudad o lo que sea es precioso, más de lo que me esperaba, hay tanto que ver, tanto que hacer y aún haciendo nada se la pasa uno genial.

La ciudad en sí es ya un atractivo y caminar por sus calles adoquinadas, recorrer los callejones contemplando la arquitectura de las casas, las ventanas decoradas con herrería y bugambilias y los cientos de golondrinas que también adornan el cielo, eso ya hace que valga la pena visitarla.

Nosotros no tuvimos tiempo de hacer muchas cosas juntos puesto que él estaba trabajando, pero aprovechamos muy bien el tiempo que tenía libre y nos la pasamos genial; aunque quedaron muchas cosas por hacer, nos faltó el recorrido en globo aerostático, conocer la mina de ópalo, y tomar el tranvía que lleva a recorrer las nubes vitivinícolas y cavas que existen por la región.

Sin embargo yo quedé encantado, maravillado, fue una experiencia inolvidable y cada cosa que hicimos, cada momento que compartimos, se convirtió en un momento maravilloso más, uno de esos momentos con los que se construye la vida.