Hoy estoy nostálgico y melancólico, hace mucho que no me sentía así, será el día que está hermoso, el sol brilla pero no quema, se siente un aire fresco que lo mueve todo pero no hace frío. Es extraño, pero últimamente había estado pasando del éxtasis a la depresión, de la felicidad a la tristeza, de la incertidumbre a la seguridad; y hoy, hoy sólo estoy nostálgico y melancólico.

Es como si hubiese despertado de un largo sueño, y creo que es eso, que me las arreglé para olvidarme de mi por un buen rato y últimamente estoy volviendo a tomar conciencia de mi mismo, me he vuelto a encontrar conmigo mismo, todo para darme cuenta de que estoy en el mismo lugar que el año pasado, en el mismo lugar que hace dos años, preguntándome que quiero hacer y analizando si lo que estoy haciendo es lo que realmente quiero hacer.

Y es que mi vida ha sido cíclica, a los 10 años emigré, y no por voluntad propia, del “rancho” en donde nací, aunque no era propiamente un rancho, era una de esas pequeñas comunidades, una de tantas en este país, ubicada en el occidente del estado de Chiapas, una de esas comunidades en las que todos conocen a todos, y todos saben la vida de todos, una de esas comunidades en las que parece que el tiempo avanza más lento, en donde no hay supermercados, cadenas de comida rápida, complejos cinematográficos, cajeros automáticos, zapaterías, boutiques o algo que se le parezca, una de esas comunidades en las que la única diversión era reunirse con los amigos en la plaza principal a platicar de lo que hicieron en el día, una de esas comunidades en las que 4 casas hacen una manzana, una de esas comunidades en las que las tierras para los animales ocupan más espacio que las casas para sus dueños; y a veces extraño la simplicidad de aquellos días, no creo que extrañe el lugar, creo que me extraño yo en ese lugar, creo que me extraño sin preocupaciones, sin decisiones que tomar. Emigramos a una ciudad no tan grande pero no tan pequeña, a una ciudad que nunca me terminó por agradar precisamente por eso, por el punto intermedio en que se encontraba, y es que a mi nunca me han gustado las medias tintas.
A los 20 años emigré, ahora si por voluntad propia, a esta ciudad, no negaré que me gusta vivir aquí, pero últimamente me he sentido cansado, aburrido, agotado y me ha estado dando vueltas en la cabeza la idea de irme, de irme de aquí a probar suerte a otro lado, quizá a otro estado, quizá a otro país, digo el próximo año cumpliré diez años aquí y para continuar con el ciclo debería emigrar a otro lado.
Es entonces que me doy cuenta de que sigo en donde estaba hace un año, hace dos años. Y es que antes de conocer a mi adorado tormento, yo me encontraba en esta búsqueda, tratando de encontrar mi lugar en este mundo, tratando de encontrarle sentido a mi vida, una de las razones para empezar este blog fue esa precisamente, el que esperaba que escribiendo mis ideas, las cosas que realmente deseo y que por extraño que parezca solo soy capaz de externar cuando no puedo pensar demasiado, cuando mis dedos son más rápidos que mi raciocinio y escriben justamente lo que estoy pensando, sin análisis, sin censura, (y a veces hasta sin sentido) pudiera discernir lo que quería hacer y encontrar finalmente eso que siento me sigue haciendo falta.

Pero él se apareció y me las ingenié para olvidarme de mi otro rato, para dedicarme a él, para planear mis acciones en torno a él, para adaptarme a sus gustos, a sus necesidades, para planear mi vida y mi futuro a su lado, creyendo que ese mi lugar, que él era el sentido de mi vida. Y es que como me dijo aquella psiquiatra medio loca a la que fui a ver por recomendación de la Gaynor para que me diera mis pastillitas, yo sería un buen espía, porque tengo una facilidad impresionante para convencerme de que quiero hacer cosas que quizá realmente no quiera hacer, porque si me tengo que convencer de que soy de cierta forma hasta me sueño siendo de cierta forma, porque aunque me torturen seguiré diciendo que soy quien no soy, y no porque sea un buen mentiroso, y no por que no me importe sufrir un castigo físico, sino porque me creí que si soy otra persona.

Por eso el lunes de la semana pasada sentí que había pasado algo que cambiaría mi vida; porque, aunque ayer al fin hablé con el movio y aclaramos todo lo que había que aclarar, y llegamos a la conclusión de que queremos seguir juntos todavía, y acordamos que haremos ciertas cosas para evitar esos malentendidos; yo me siento diferente, ya no es la misma ilusión, ya no es la misma expectativa, y no es que lo haya dejado de amar, no es que las circunstancias hayan cambiado, es simplemente que de pronto visualicé mi vida sin él y me acordé de mi, recordé que tengo necesidades, que tengo sentimientos, que tengo una vida y que por muy grato que resulte el olvidarme de mi para dedicarme a tratar de arreglarle la vida a alguien más, no se puede vivir así, porque tarde o temprano esa persona se irá, porque tarde o temprano yo me cansaré, y ya no podré seguir ignorándome, no podré seguir ocultando mis sentimientos, no podré seguir desentendiéndome de mi mismo, y creo que ese día ha llegado, creo que esa es la razón de que hoy me sienta así.

No tiene nada que ver con el lugar en el que vivo, no tiene nada que ver con mi trabajo, no tiene nada que ver con la escuela, no tiene nada que ver con mi forma de ser, no tiene absolutamente nada que ver con él, todo tiene que ver conmigo, porque es mi vida, porque quizá he dejado por mucho tiempo que los miedos me dominen y me impidan hacer las cosas que quiero hacer, porque el miedo a la soledad, el miedo a la incertidumbre me han orillado a hacer cosas que quizá no quería hacer, a llenarme de cosas que no necesito sólo porque no he encontrado el valor de rodearme de las cosas que si me hacen falta.

Me he dado cuenta de que él no puede ser la razón de mi existencia, me he dado cuenta de que no puedo seguir planeando mi futuro a su lado, y no es porque esté pensando dejarlo, no es porque ya no esté a gusto a su lado, no es porque ya no lo esté incluyendo en mi futuro, todo lo contrario, lo que sucede es que tengo que encontrarme primero yo, tengo que encontrar primero mi lugar en la vida, tengo que darme mi lugar en la vida y entonces darle el suyo en mi propia vida.

Me siento en el hoyo, pero no de mala manera, creo que es bueno, creo que es bueno que al fin pueda reconocerlo y darme cuenta de que me he estancado, aunque espero que esta vez tenga la madurez suficiente para no hacer las cosas correctas por el motivo equivocado, porque siempre he encontrado el camino correcto por casualidad, por suerte, porque hasta hoy las cosas me han salido bien a pesar de mi mismo, pero creo que es hora de darme una ayudadita, de dejar de ser mi enemigo más acérrimo para convertirme en mi más fiel colaborador, porque no puedo vivir a expensas de otros, esperando la reacción o acción de otros para atreverme a actuar, esperando tener algo para ser feliz, deseando que algo no me falte para seguir estando bien, cuando ya tengo todo lo que necesito para ser feliz, cuando lo único que me hace falta es esforzarme un poco para darme cuenta de ello.

No es nada grato, no resulta nada fácil, no es nada agradable la sensación, el despertar, el tener que aceptar ciertas cosas, ese era otro de mis miedos, el tener que reconocer que no todo está tan mal como creía, así podía seguirle echando la culpa a otros, a las circunstancias, a la “perra vida” de lo que me pasa, en cambio, cuando uno se hace responsable de si mismo, de lo que ha logrado, de lo que siente, se da uno cuenta de que todo puede cambiar para bien o para mal, se da uno cuenta del enorme poder que se tiene y uno entiende que también se tiene una gran responsabilidad, la responsabilidad de una vida, la responsabilidad de la propia vida, y a algunos se nos complica el tener grandes responsabilidades.

If I lay here
If I just lay here
Would you lie with me and just forget the world?

Chasing cars, snow patrol.