lunes, abril 09, 2007

Back for good.

El miércoles pasaron a visitarme mi hermana y su familia, estuvimos un ratito en el chisme, me dio gusto que pasaran a verme y entendí el por qué de no hablar tan frecuentemente con mi familia, y no es porque no los quiera o porque ya me haya echo a la idea de que así es la vida, que nos tocó andar a cada quien por su lado y ni modos; el alejamiento voluntario es porque los quiero mucho, los extraño y me gustaría que las circunstancias fueran otras, me gustaría estar más cerca de todos para verlos más seguido, pero no se puede; y el hablar con ellos sólo aumenta la nostalgia y el malestar; pero ya me hice el firme propósito de que tengo que ir a Hermosillo este año a ver a mi otra hermana y a mis sobrinos porque me trajeron algunas fotos y me dieron muchas ganas de verlos y abrazarlos.

El jueves saliendo de trabajar me fui a Celaya, llegué allá a las 7:30 y fueron por mi a la central el galán, su prima y el sobrino favorito. Llegamos a su casa, dejé mis triques y nos salimos a la calle a ver la representación de la última cena y el encarcelamiento del Chuchín; el chisme ya se acabó tarde y nos metimos a cenar, después me quedé un rato viendo la tele mientras los “adultos” jugaban a las cartas.

El Viernes después de desayunar nos fuimos a un pueblo cercano a ver la representación de las tres caídas y la crucifixión de Jesús, y también a dizque ayudarle al cuñado que se fue a vender fruta picada y otras chucherías al mismo pueblo, ya regresamos a la casa en la tarde y sólo nos bañamos y nos fuimos con la prima y el galán a Querétaro a recoger los boletos para el concierto de Alejando Sanz, pero el Liverpool estaba cerrado así que solo dimos una vuelta por la plaza, yo aproveché para comprarme un libro que quería, la edición de aniversario de “Cien años de soledad”. Regresando a la casa comimos y nos salimos otra vez a la calle al chisme y a ver la procesión del silencio y a comprar las tradicionales gelatinas con rompope y los eskimos. Los adultos se pusieron otra vez a jugar cartas, pero como yo estaba bastante cansado mejor me fui a dormir.

El Sábado nos fuimos de Día de campo a un terreno de una tía de la esposa del cuñado, estuvimos ahí todo el día, hicimos carne asada, jugamos cranium, platicamos, nos divertimos, nos paseamos en hamaca, y disfrutamos del calorcito y del aire libre. De regreso pasamos por el pastel de la suegra pues el domingo fue su cumpleaños, pero como la tía y la prima se iban a regresar temprano el domingo, decidimos hacerlo el sábado, así que llegando a la casa nos bañamos, le cantamos las mañanitas a la suegra y compartimos el pastel con chocolate caliente. Después nos salimos a cuidar la tienda y a comer gente, ya nos metimos en la madrugada para que, para variar, se pusieran a jugar cartas y yo me puse a ver la tele y a comer más pastel.

El Domingo les compramos huevos de chocolate para la pascua a los niños así que nos levantamos en la madrugada, para mi las 8 de la mañana es de madrugada sobre todo en domingo, a esconder los dichosos huevos, yo me volví a tratar de dormir pero con el alboroto de los niños con eso de los huevos ya no pude así que me tuve que levantar. Ya a media tarde degustamos los deliciosos tamales oaxaqueños que la suegra había preparado, un poco después se fueron la tía y la prima y ya nos quedamos jugando videojuegos con los niños un rato, bueno se quedaron porque yo soy una papa para eso de los videojuegos aparte de que me aburren muy rápido. En la noche hicimos las maletas y a las 11 nos regresamos a Morelia.

Ese fue en pocas palabras mi fin de semana, al final no tuve que pedir permiso para faltar el viernes pues mi patrona me lo dio sin necesidad de solicitarlo. No voy a negar que me la pasé I N C R E I B L E, que de nuevo tuve esa sensación rara de pertenencia, de sentirme como en casa, como en familia, y es que cómo no sentirme así si los niños se la pasan preguntando por mi y son tan cariñosos conmigo, si la prima y la tía me tratan como a otro de la familia y me preguntan que cuando iré a visitarlas, si bromeamos con la suegra y los cuñados, si ya hasta el suegro me trata con familiaridad.

De él, qué puedo decir de él? Que me siento mal por a veces dudar de su cariño, que es una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida y que este fin de semana fue definitivo para darme cuenta de que aún no estoy listo, aún no estoy preparado para darme por vencido, para perderlo. Debo de reconocer que a veces la relación no es fácil y me tienta la idea de dejarme vencer y volver a la comodidad de la rutina, a lo apacible de mi soledad, a mis viejas costumbres, a los tiempos en los que el único amor que conocía era el amor a mi mismo y a mis tarjetas de crédito, porque a veces no entiendo, no entiendo esto del amor y a veces me da hueva tratar de entenderlo, a veces los problemas me desaniman, me cuesta trabajo entender que así como tenemos muchos momentos buenos, también habrán momentos malos, sin embargo, hasta esos momentos, hasta los malos ratos valen la pena, por poder vivir la experiencia de estar en una relación como esta.

2 comentarios:

Gildardo dijo...

No, pues sin duda un fin de semana delicioso.
Por mi parte me fui a Morelia y a Pátzcuaro y también me la pasé super bien, a pesar de que en ambos sitios había mucha gente.
Lástima que solo tuve una semana de vacaciones...
Un saludo

Craving Oxygen dijo...

un buen puente para ti por lo que veo y ves que de todo se aprende y que bueno que te sientas agusto con tus suegros eso es dificil ...
te mando un abrazote