Another weekend.

Pues otra vez nos fuimos a Celaya, después del agarrón que nos dimos el viernes antes de irnos y que casi, casi, cancela mi participación en dicho viaje. Es curioso y es algo que ya no me está gustando, y es que desde hace tiempo no pasa una semana sin que no nos peleemos por cualquier cosa, pensaba que la semana pasada sería la excepción pero justo antes de irnos discutimos.
Eso obviamente que a mi me echó a perder el fin de semana, pues no dejé de pensar en eso todo el tiempo, y por más que trataba, que me esforzaba por olvidarlo y tratar de pasarla bien, como que seguía con la espinita clavada por todo lo que me dijo y por todo lo que le dije, y sé que cuando uno está enojado dice cosas que a lo mejor no siente, pero eso no evita que esas cosas duelan, es como dice el Power Point que me mandaron alguna vez en una de esas cadenas, que las discusiones son como si a una tabla la llenamos de clavos, los clavos se pueden retirar pero dejan una marca imborrable en la tabla, y pasa exactamente lo mismo, quizá el motivo de la discusión se aclare, quizá lo podamos llegar a entender o a perdonar, si es que hay algo que perdonar, pero la marca se queda, y esa no se puede borrar.

Pues este fin de semana si pude dormir hasta tarde, si pude descansar y fue un tanto divertido, hice muchas cosas y algunas de lo más extrañas, con decir que ayer terminé ordeñando una vaca.