miércoles, enero 31, 2007

De regreso.

Así es, ya estoy de regreso en esta mi Morelia querida, mi segunda casa. Llegué ayer como a las 2 de la mañana pero tenía, y sigo teniendo, tanto trabajo que no tuve tiempo de escribir nada en el blog hasta hoy.

Respecto al viaje estuvo I N C R E I B L E, mejor de lo planeado, supero mis expectativas, me la pasé de lujo, que se repita! Que se repita!.
Finalmente el viaje en avión no fue la gran cosa, al principio si sentí medio feo cuando se empezó a elevar pero ya estando en el aire me distraje tanto viendo el paisaje y las nubes, que cuando me vine a dar cuenta ya estábamos a punto de aterrizar pues nos hicimos 45 minutos hasta Tuxtla. Llegamos allá y nos recibió el airecito caliente típico de aquellas tierras, a los pocos minutos llegó mi cuñado por nosotros y pasamos por mi hermana para ir a un VIP’S, nos tomamos un café y después partimos hacia San Cristóbal que sería nuestra “base de operaciones”. Llegando fuimos a dar una vuelta por la ciudad y después a dormir pues estábamos bastante cansados.

El Miércoles nos levantamos un poquito tarde por lo que sólo alcanzamos a desayunar (unos ricos chilaquiles con pollo, acompañados de frijoles negros fritos,queso chiapaneco y los típicos plátanos fritos con crema) y al medio día partimos para Ocosingo, en donde comimos con mi hermana y después nos fuimos a Palenque en donde pasamos la noche.

El jueves nos levantamos temprano y después de desayunar nos fuimos a la zona arqueológica de la ciudad, después dimos un pequeño tour por una parte de la selva que cubre la parte de Palenque que sigue cubierta por tierra y después partimos hacia Agua Azul. En el trayecto se nos cruzó Misol Ha y pasamos a ver la casaca, impresionante por cierto, nos metimos a la gruta en donde nace la cascada y dimos un pequeño recorrido por la zona. Ya en la tarde llegamos a las Cascadas de Agua Azul, pero como había estado lloviendo el agua estaba bastante revuelta y el agua había perdido su color característico, aún así el lugar también está muy bonito. Comimos ahí y después nos fuimos de regreso a Ocosingo, en donde después de registrarnos en el hotel, fuimos a la casa en donde vive mi hermana a tomarnos un café; después nos fuimos con mi amorcito a recorrer el pueblo y a buscar algo de cenar, pero como ya era más de media noche sólo encontramos tacos.

El Viernes temprano desayunamos en el hotel y después salimos hacia las ruinas de Toniná, que aunque están muy descuidadas, les falta promoción y apenas las están descubriendo, están más impresionantes que las de Palenque en mi opinión personal. En eso se nos fue toda la mañana y ya como a las 2 de la tarde pasamos por mi hermana para irnos a El Corralito, otra cascada que está en la carretera de Ocosingo a San Cristóbal, recorrimos la cascada y estuvimos ahí un ratito y nos seguimos a San Cristóbal. En el trayecto pasamos a otro pueblito de cuyo nombre no puedo acordarme y comimos ahí. Llegamos a San Cristóbal como a las 9 de la noche y fuimos a visitar a otra de mis hermanas, nos dieron de cenar y de ahí ya nos fuimos a la casa a dormir.

El Sábado temprano mi cuñado nos hizo de desayunar unas tortas y después nos fuimos a Tuxtla, pasamos a la plaza comercial, recorrimos las tiendas, nos compramos ropita aprovechando que las tiendas estaban en liquidación y comimos ahí para después dirigirnos a Cintalapa. Llegamos como a las 7 de la noche a casa de mis papás, les presenté al “amigo” que me acompañaba, cenamos y nos fuimos a dormir.

El Domingo no hicimos mucho, aprovechamos para descansar y levantarnos tarde, desayunamos vimos la tele un rato, comimos mole con pollo y después a arreglar las cosas para regresarnos a San Cristóbal. Llegamos a San Cris como a las 8 de la noche y salimos con el movio a dar una vuelta por la ciudad, le compramos artesanías a las niñas indígenas que venden en la plaza de Catedral, muy simpáticas por cierto y graciosas, tanto que nos regalaron unas pulseras, nos tomamos un café con pan coleto, después pasó mi cuñado por nosotros, cenamos y nos fuimos a la casa.

El Lunes otra vez nos levantamos tarde y ya no alcanzamos el tour para ir al Cañón del Sumidero así que aprovechamos el día y nos fuimos a San Juan Chamula y a Zinacantán, en donde por cierto había feria así que estuvimos toda la mañana por esos lugares y nos regresamos a San Cris como a las 4 de la tarde. Toda la tarde anduvimos por la ciudad comprando recuerdos para la familia política, amigos, compañeros de trabajo y anexos, en la noche dimos un paseo en el tranvía y así se nos fue el día.

El Martes si alcanzamos el tour para ir al Cañón del Sumidero, ahí dimos un paseo en lancha por el cañón y de regreso paramos a Chiapa de Corzo, en donde también había feria y nos tocó ver el desfile de parachicos y chiapanecas. Regresamos a San Cris como a las 3 de la tarde comimos unas ricas tlayudas oaxacaqueñas y después nos fuimos a recorrer otra parte de la ciudad y algunos museos.

El Miércoles fuimos a las grutas de Rancho Nuevo, después a la Cascada del Chiflón, coincidimos con mi amorcito en que de todos los que visitamos es el lugar más hermoso, pues hay una cascada impresionante y en la bajada hace muchas albercas naturales en donde se puede nadar, hay lugares para acampar y un sendero para subir hasta la cascada principal, está cansada la subida pero vale la pena el trayecto. Después de ahí nos fuimos a las lagunas de Montebello pero como ya andábamos cortos de tiempo sólo visitamos las principales, dicen que para conocerlas todas se necesita un mes, comimos en una cocina típica del lugar unas quesadillas de flor de calabaza deliciosas, llegamos a un lugar en donde se puede ver la frontera con Guatemala; de regreso pasamos a Comitán y de ahí de vuelta a San Cris. Llegamos como a las 9 de la noche, cenamos unos típicos tamales chiapanecos y después para hacer el día contrastante, lo terminamos en el cine viendo “Cansada de besar sapos” buena película por cierto.

El jueves nos levantamos tarde de nuevo y nos fuimos a Tuxtla, fuimos al Zoológico y después al centro a conocer la ciudad, de ahí salimos rumbo a Cintalapa a donde llegamos como a las 9 de la noche. Mi madre nos hizo de cenar quesadillas y café chiapaneco, obviamente, y yo me comí como 10 piezas de pan del que hacen mis cuñadas.

El Viernes dormimos hasta el medio día, nos levantamos a desayunar, nos volvimos a dormir, nos levantamos a comer como a las 6 de la tarde y nos fuimos al centro a comprar los boletos de regreso y a caminar un rato.

El Sábado no hicimos gran cosa, se nos fue el día en la casa haciendo casi nada, en la noche salimos a caminar otra vez.

El Domingo nos tocó lavar la ropa, después nos fuimos al centro a dar la vuelta y al Internet para enterarnos de quien había ganado el Abierto de Australia, pues aunque lo habíamos estado siguiendo por el periódico, por increíble que parezca en pleno siglo XXI, a Cintalapa el periódico del día llega hasta la tarde, y mi movio es tan desesperadito a veces que no se podía esperar. Regresando comimos con la familia y se llegó la hora de la triste despedida, le dijimos hasta luego a mis papás y nos regresamos a San Cris con mi cuñado y hermanas. Llegando a San Cris nos pusimos a empacar y después salimos a cenar.

El Lunes nos fuimos a despedir de la ciudad, compramos lo que nos faltaba de recuerdos, comimos nuestra última comida típica chiapaneca y a las 3 de la tarde salimos rumbo al aeropuerto. A las 6:20 salió nuestro avión, llegamos a Toluca a las 7:10 de la noche, nos dirigimos a Observatorio, tomamos el autobús de las 9.15 a Morelia y las 2 de la mañana estábamos llegando a la casa.

Eso fue en pocas, pero muy pocas, palabras mi viaje de vacaciones, me faltó mucho por contar, pero las emociones no pueden describirse con palabras. En resumen puedo decir que esta vez no conviví tanto con mi familia como en otras ocasiones, pero que ví a los que quería ver, abracé a los que quería abrazar y les dije personalmente que los quiero a los que se los quería decir. Conocí finalmente una buena parte de mi estado y me encantó, aunque haya tenido que venirme a vivir tan lejos para valorar las bellezas naturales que hay por allá. La relación con mi amorcito creció en quince días de convivir las 24 horas juntos lo que nos hubiese tomado mínimo seis meses, ahora siento que lo amo aún más, como si eso fuera posible, y siento que él me ama aún más a mi; aunque nos dimos dos buenos agarrones y estuvo a punto de regresarse antes y solo, debido a lo fuerte de nuestras peleas, pero lo bueno es que de ellas salió algo positivo. Nadie dijo nada de que llevara a un amigo, aunque estoy seguro de que todos lo pensaron y no dudo que muy pronto empiecen las llamadas de mis hermanas preguntando que onda y quién es el susodicho.

En fin, ahora estoy de regreso por estas tierras que también tienen su hermosura, sumergiéndome de nuevo en mi rutina, en el trabajo, en la escuela y en todo lo demás, sumergiéndome de nuevo en mi vida cotidiana, en lo real; y me está pasando como siempre, que me parece que todo fue un sueño, que lo que viví, que lo que sentí, que todo fue un sueño, un dulce sueño del que ahora tengo que despertar para seguir lidiando con la realidad, pero no me puedo quejar pues esta realidad me gusta, me gusta mucho.

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