La tercera NO es la vencida

Este viernes me fui otra vez a Tequis, llegué a comer con mi Peke y en la noche pasé por el a su trabajo para irnos a la feria de Cadereyta ya que queríamos ir al teatro del pueblo. Nos fuimos con sus compañeros de trabajo y cuando llegamos nos dimos cuenta de que no había teatro como tal, en su lugar había un escenario a un costado de la plaza principal, algunas gradas improvisadas a algunos metros y la mayoría de la gente de pie frente al escenario.

Pues nos acomodamos en la parte central del mismo y a esperar a que comenzara el show. Después de 45 minutos a una hora de pie al fin se apagaron las luces, salieron los músicos, los bailarines y se escucharon los acordes de la primera canción “psicofonías”; empezaron los gritos y los aplausos y al fin salió ella, tan radiante, tan loca, tan ella, como siempre. Cantó como por una hora, pero fue una hora increíble, se reivindicó conmigo, me volvió a ganar, me volvió a emocionar y es que de las tres veces que la he visto creo que esta última ha sido la mejor, y eso que fue en un teatro del pueblo, y eso que fue de pie, y eso que nos hicieron esperar mucho y eso que fue gratis.

Al día siguiente nos levantamos a desayunar y después salimos al recorrido por la región vitivinícola. Primero llegamos a Viñedos La Redonda, en donde nos dieron un recorrido por las nubes, nos explicaron el proceso para la siembra y el cultivo de la vid y nos mostraron cómo hacen ellos el vino, para finalizar con una degustación de los vinos que producen en el lugar.

Después llegamos a las Cavas Freixenet ahí, a través de un video, nos hablaron de la historia de la firma en España, nos dieron un recorrido por sus cavas subterráneas, nos explicaron el proceso para realizar el vino espumoso, al que no se le puede llamar champagne por aquello de la denominación de origen, y culminamos el recorrido en la tienda y restaurante de la finca.

Este recorrido me sorprendió pues nunca había escuchado y no me imaginaba que se produjera vino tan cerca de aquí; aunque a mi me gustó más el primer recorrido pues fue todo más personal y el proceso para la elaboración del vino es más artesanal, mientras que en el segundo todo está mas industrializado y eso se nota en la magnitud del lugar y en la afluencia de gente, así como en el precio de los productos puesto que los vinos Orlandi producidos en la Redonda si son un poco más caros que los Fraixenet, por el volumen de producción que manejan.

Después del recorrido nos regresamos a Tequis a comer y después nos fuimos de nuevo a Cadereyta a dar una vuelta por el pueblo y a conocer la feria, pero no había mucho que ver o conocer. Regresamos descansamos un poco en el hotel y salimos a cenar y a caminar por la plaza principal, después nos pusimos a hacer las maletas pues el domingo nos regresábamos.

El domingo mi PP se fue a trabajar y yo aproveché para quedarme en la cama un rato más, al medio día fue por mi y lo acompañé a su trabajo, de donde salimos a las dos de la tarde para venirnos para acá.

Este fue otro fin de semana increíble, maravilloso e inolvidable.