miércoles, diciembre 05, 2007

Genio y figura.

Y es que ya empecé a hacer de las mías, el viernes la cuñada y su marido me trajeron mis muebles, bueno algunos porque están distribuidos entre Morelia y Celaya, pero me trajeron lo básico para estar más o menos cómodo en mi nueva vivienda. Y como el trabajo está más aburrido que ver el 1er campeonato internacional de baile (por cierto Bu! Adal Ramones), le dije a un compañero que me cubriera para poder largarme desde el viernes y así lo hice; ellos llegaron en la mañana y a las 12 del día ya íbamos para Celaya, claro que antes de irnos les invité el desayuno para agradecerles el favor, pues aunque tenían que venir de cualquier manera, no estaban obligados a traerme nada y el que lo hayan hecho se agradece.

Pues en cuanto llegamos me pusieron a trabajar, había que entregar un pedido grande de mesas y a cargar la camioneta para entregarlas. Ya más tarde nos fuimos al cumpleaños de una niña y ahí cenamos tacos sudados (por cierto que nos hicieron daño, creía que sólo a mi por tragón pero al otro día nos enteramos de que el malestar fue general).
El sábado fuimos a desayunar gorditas con la suegra de la cuñada, yo sólo me comí la mitad de una pues aun traía el estómago sensible y que lástima pues le quedan rebuenas. Regresando a la casa nos pusimos a tejer, así es ya aprendí a tejer, no con agujas como quería sino con un aparatejo lleno de clavos pero de que ya tejo mis bufandas, y lo que sea de cada quien me quedan bien padres, no hay duda. Pues nos pusimos a tejer pues unos parientes hicieron un pedido y había que entregarlas el domingo. En la tarde después de comer sacamos las cajas con las cosas de navidad y pusimos el árbol y decoramos la casa (creo que nos quedó mejor que el año pasado), en eso se nos fue el día y ya en la noche nos salimos a cuidar la tienda.

El domingo nos levantamos temprano y nos fuimos a vender con la cuñada a un pueblito de por ahí cerca a donde vamos cada quince días, regresando continuamos con el tejido y en la tarde terminamos de decorar la casa y en la noche concluimos las bufandas. El lunes a las 6 de la mañana ya venía camino a León.

Así estuvo mi fin de semana, parece que no hice gran cosa pero fue bastante productivo y reconfortante, la verdad es que en estos momentos en que mi vida sigue de cabeza y por lo que he visto me temo que seguirá así un buen tiempo aún, lo único que me anima es el apoyo del movio y de esta maravillosa familia en la que fui a caer.

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