miércoles, septiembre 06, 2006

Uno hablando de sí mismo en tercera persona.

Y es que es triste, resulta triste, frustrante y decepcionante, darse cuenta y tener que aceptar que uno ha estado equivocado toda la vida, pero ante la evidencia no le queda a uno de otra más que bajar la guardia y rendir las armas.

Y es que es triste, resulta triste, frustrante y decepcionante, tener que aceptar que el amor no basta, que el amor no es suficiente, que hay tantas cosas más que hacen falta, que hay tantas cosas más que se necesitan para que una relación funcione.

Y es que es triste, resulta triste, frustrante y decepcionante, tener que aceptar que uno ha vivido en un error, que todo lo que uno creía era una mentira, una vulgar y estúpidamente romántica mentira alimentada por todas esas cosas que uno crecío escuchando, una estúpidamente romántica mentira alimentada por tantos años de ver televisión y películas cursis.

Y es que es triste, resulta triste, frustrante y decepcionante darse cuenta de que uno tenía razón, que esa vocecita interior que uno escuchaba y a la que uno trataba de no prestar atención pues a uno no le gustaba lo que ella decía, a final de cuentas tenía razón, la vida no es tan fácil como uno creía cuando era niño, la vida a veces nos juega malas pasadas, la vida a veces nos da todo lo que queremos, pero a cambio nos quita la capacidad de gozarlo, y se ríe de uno, se ríe a carcajada suelta, se ríe y lo escupe a uno en la cara.

No hay comentarios.: