Pues ya se acabó el 2005, y yo no sé si sea que ya me di cuenta de que estoy envejeciendo, si es la crisis de los treintas que me empieza a rondar o si simplemente es mi tendencia a la melancolía, pero este fin de año fue diferente, por más que traté no pude contagiarme de la alegría de la época, lo único que me contagío fue el consumismo que me hizo saturar mis tarjetas de crédito, pero la última noche del 2005 me di cuenta de que fue un buen año para mi, de que hice muchas cosas que me venía proponiendo hace 5 años y que me pasaron otras que sin proponérmelo cambiaron para siempre mi vida.
Por lo que para este 2006 mi único propósito es trabajar para que me sucedan muchas más cosas buenas y para no permitir que las malas me afecten demasiado.
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