Si fuera más honesto conmigo mismo, no tendría motivos, no habría razón, no tendría cara para reprochar, juzgar y escandalizarme por cosas que son nimiedades comparadas con las que yo he hecho, pensado y deseado hacer; pero que no me haría confesar ni el más diestro verdugo de la época de la Inquisición.
1 comentario:
ash... tienes todos los dedos retacados de razón...
te aviso: robaré esta frase y la pondré en mi blog, en la parte de descripción personal...
me encantó...
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